¿Por qué hay rebaños con pocos problemas de cojera y otros con muchos? Esto es una cuestión que intriga al técnico de cría CRV Pieter van Goor. El no tiene una
respuesta definitiva, pero sospecha que tiene mucho que ver con la actitud del productor. “Algunos productores que siguen pensando que un porcentaje de cojera es inevitable y que hay poco que se pueda hacer al respecto”, indica. “Lo aceptan, a pesar de que los problemas de pezuñas son costosos y desmoralizantes para gestionar. Las vacas con problemas de cojera no producen de forma óptima y son más susceptibles a contraer otras enfermedades o desórdenes de producción. Además la cojera es la segunda causa más común para que una vaca abandone el rebaño.” Según Van Goor, los ganaderos que tienen pocas vacas con cojera es porque prestan más atención a la salud de las pezuñas. “Hay una gran cantidad de información y herramientas para apoyar la salud de la pezuña y así ayudar a los productores a mejorar la condición de sus vacas”, explica. “Este es un buen punto de partida.”
Un impacto positivo
Mejorar la salud de la pezuña y la salud general de la vaca tiene una repercusión positiva en la producción y en las utilidades. Una vaca sana tiene un mayor bienestar, por tanto produce más leche y ofrece una gestión más sencilla. Una buena salud de las pezuñas se traduce en una mayor longevidad, mejores ingestas de alimento, mejor fertilidad y menores costes de tratamiento.
Desde 2011, el porcentaje registrado de trastornos de las pezuñas se ha reducido en torno al 21% en 2019 (Figura 1). “Cuando muestro estas cifras a los recortadores de pezuñas, a menudo se sorprenden”, dice el Sr. Van Goor. “Tienen la impresión de que, en la práctica, apenas ha habido mejoras en la salud de las pezuñas en los últimos años.”