«En nuestra granja, la producción de un kilo de leche corregida por grasa y proteína cuesta una media de 21 céntimos de pienso. Si conseguimos ahorrar un 10 % en costes de pienso sin poner en riesgo la producción de leche, nos ahorramos muchísimo dinero».
Mediante este simple cálculo, el ganadero lechero holandés Pierre Litjens resume la importancia económica de una conversión eficiente del pienso en leche. Junto a su esposa, Angela, sus tres hijos adultos y cuatro trabajadores entusiastas (a tiempo parcial), llevan una granja en Ewijk con 295 vacas lecheras y 185 animales jóvenes en un terreno de 115 hectáreas. Las vacas producen una media móvil anual de 10 261 kg de leche con un 4,42 % de grasa y un 3,78 % de proteína. Alcanzar una buena eficiencia alimentaria es uno de los objetivos principales de Litjens al gestionar su explotación.
Costes del pienso duplicados en diez años
Antes de convertirse en ganadero a tiempo completo, Litjens trabajó como consultor de alimentación. «El resultado de ello es que también en nuestra granja me he dedicado a pensar en la eficiencia a la que el rebaño utiliza el pienso para producir leche. En 2012, ya había calculado el precio de coste del forraje del foso. Los resultados fueron impactantes para mí», recuerda. «Y ahora han pasado diez años y los costes de producción o adquisición del pienso más o menos se han duplicado. Además, la intensidad de nuestra granja ha aumentado de 15 000 a 25 000 kg de leche por hectárea. Esto significa que es más importante todavía que mis vacas conviertan en leche cada kilo de pienso de forma eficiente», explica.
Diferencias mayores de lo esperado
El ganadero cree que hay varias maneras de mejorar la conversión alimenticia en su granja. La selección es una de ellas. Los ganaderos de las granjas de ensayos en las que CRV monitoriza el consumo de pienso de vacas individuales observan diferencias significativas entre vacas. Los animales que rinden menos producen 1,2 kg de leche corregida en grasa y proteína a partir de un kilo de pienso, mientras que las que más rinden producen 2 kg con ese mismo kilo de comida. «Esperaba que hubiese diferencias entre vacas, pero el hecho de que fuesen tan grandes me abrió los ojos», dice Litjens.
También es mayor el aprovechamiento del forraje
Otro dato revelador fue que las vacas con una alta eficiencia alimentaria son capaces de convertir en leche tanto el forraje como el concentrado. «Por tanto, esto significa que una mayor eficiencia alimentaria contribuye a un mejor aprovechamiento del forraje», concluye. En los últimos años, Litjens ha hecho gran hincapié en la producción dentro de sus objetivos de selección. «Solo utilizamos toros con al menos un + 10 % de CRV Eficiencia», explica. Como el valor de crianza de la eficiencia alimentaria es uno de los tres pilares fundamentales de este índice, al basarse en esto el ganadero también está seleccionando directamente las vacas que convierten el pienso en leche de forma más eficiente.
Tendencia al alza en valores de crianza
Desde que hizo realizar un estudio de marcadores, Litjens comprende mejor el desarrollo de la predisposición genética de sus propios animales. «Estamos observando una buena tendencia al alza en los valores de crianza de la eficiencia», afirma. «Estamos muy contentos con ello. Seguimos concentrándonos en la eficiencia alimentaria en la gestión de nuestra granja», recalca el ganadero. «Pero, como es obvio, la incluimos en la selección. Esa es la forma más simple de seguir mejorando la eficiencia alimentaria del rebaño».